El más reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestra una evolución notable en el panorama político de España: Vox se posiciona como la fuerza principal en intención de voto entre las personas sin empleo, la mitad de los trabajadores con salarios más bajos y aquellos que se consideran en situación de pobreza.
El aumento del apoyo al partido dirigido por Santiago Abascal en estos colectivos coincide con una tendencia similar a la que experimentó Marine Le Pen en Francia, al captar parte del electorado obrero que históricamente había estado vinculado a otras formaciones. Este avance coloca a Vox en una posición estratégica para influir en las discusiones políticas y en la agenda electoral, ampliando su electorado fuera de sus zonas de tradicional fortaleza.
Los resultados, que marcan un cambio importante en la composición de sus votantes, indican que el discurso del partido resuena cada vez más entre quienes enfrentan directamente el desempleo y la precariedad laboral.