Las manifestaciones contra las políticas migratorias implementadas durante la administración del expresidente Donald Trump han aumentado en varias ciudades principales del país, provocando una situación de tensión y la adopción de medidas de seguridad excepcionales. En Los Ángeles, las autoridades establecieron un toque de queda y la Policía realizó múltiples detenciones para controlar las protestas. En Texas, el gobernador ordenó la movilización de la Guardia Nacional para atender la situación.
Estas protestas también se han extendido a otras metrópolis como Nueva York y Chicago, evidenciando el creciente descontento con las restricciones y acciones migratorias promovidas por el gobierno anterior. Las autoridades locales y estatales han respondido con diversos mecanismos para mantener el orden, en un contexto marcado por la polarización y el intenso debate nacional sobre el tema migratorio.

