El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visto cómo se disuelven los principales integrantes del equipo que lo respaldó en las primarias del PSOE en 2017. La reciente salida de Paco Salazar, tras ser señalado por presunto acoso sexual, se añade a una serie de bajas importantes dentro de su círculo más cercano en aquel momento.
La desvinculación de Salazar, considerado un colaborador cercano del aparato socialista, representa el último episodio en una cadena de dimisiones que también afecta a figuras como José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Todos ellos formaron parte del grupo reducido que contribuyó decisivamente al triunfo de Sánchez frente a la estructura tradicional del partido hace ocho años.
Este desgaste del núcleo duro evidencia un cambio profundo dentro del Partido Socialista, en el que las tensiones internas y conflictos personales han modificado el equilibrio de poder alrededor del presidente. Mientras algunos expertos ven estas salidas como un proceso necesario de renovación generacional, otros consideran que reflejan un creciente distanciamiento de Sánchez respecto a quienes lo apoyaron en momentos críticos.
Ante la desaparición de estos apoyos clave, el futuro político próximo del líder socialista dependerá de su capacidad para formar nuevas alianzas y fortalecer fidelidades en un PSOE que está en constante evolución.
