Jeffrey Goldberg, editor de The Atlantic, ha revelado los detalles de un insólito incidente en el que fue incluido, por error, en un chat de mensajería secreta de altos funcionarios de la administración Trump. En una entrevista exclusiva con la BBC, Goldberg explicó cómo, tras recibir un mensaje en su teléfono a través de la popular aplicación Signal, se encontró inesperadamente en una conversación con figuras clave del gobierno estadounidense.
El mensaje, enviado por Michael Waltz, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, parecía ser un error. «Ojalá hubiera algo de Le Carré aquí», comentó Goldberg, aludiendo al famoso novelista de espionaje británico, mientras reflexionaba sobre cómo llegó a participar en el chat, donde se discutían detalles sensibles sobre una operación militar en Yemen. Entre los participantes del grupo estaban figuras prominentes como el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, el director de la CIA, John Ratcliffe, y la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard. Los funcionarios, aparentemente sin darse cuenta de la presencia de Goldberg, discutían información confidencial y objetivos militares.
Según la versión de Goldberg, la inclusión en el chat fue completamente accidental. Waltz, quien asumió la responsabilidad del error, explicó que su intención era invitar a otra persona, pero aseguró que nunca había conocido al periodista y que no lo reconocería si lo encontrara en persona. A pesar de esta afirmación, Goldberg desmintió esta versión y aseguró que ambos se habían encontrado en varias ocasiones. Sin embargo, prefirió no entrar en detalles sobre su relación.
El impacto del incidente ha sido significativo en Washington. El presidente Trump ha atacado duramente a Goldberg, llamándolo «perdedor», «sinvergüenza» y «mentiroso», mientras que Waltz ha sido criticado por su descuido. Goldberg, por su parte, se muestra tranquilo ante los ataques, explicando que, como periodista, no se siente cómodo discutiendo públicamente las relaciones con fuentes o personas involucradas en sus reportajes.
Este episodio pone de relieve los riesgos y desafíos que enfrentan los periodistas al interactuar con funcionarios del gobierno, especialmente cuando se trata de información confidencial o sensible. El caso también plantea preguntas sobre la seguridad y la privacidad en aplicaciones de mensajería como Signal, que se utilizan tanto por periodistas como por funcionarios gubernamentales para intercambiar información sensible.
