La televisión pública española enfrenta divisiones tras anunciar que podría retirarse del Festival de Eurovisión si Israel participa en la competición. La presión aumenta, ya que Austria, la sede del certamen en 2026, ha solicitado a RTVE que reconsidere su decisión para evitar un conflicto diplomático y mediático.
RTVE atraviesa un momento complicado tras la determinación de su Consejo de Administración de plantear la retirada de España del Festival de Eurovisión 2026 en caso de que Israel forme parte del concurso. Esta iniciativa, motivada por la intensificación del conflicto en Gaza, ha provocado rechazo entre varios socios europeos, particularmente en Austria, país anfitrión del próximo evento.
La emisora pública española fundamenta su decisión en principios relacionados con los derechos humanos y su deber como medio público, sosteniendo que la presencia de Israel en el certamen podría contradecir su compromiso ético. Sin embargo, para numerosos actores en Europa, esta postura representa un riesgo de politizar un evento que tradicionalmente se concibe como un espacio cultural y de entretenimiento.
Desde Viena, varias voces han expresado su desaprobación. Autoridades austriacas han indicado que la retirada de España no solo podría afectar la imagen del festival, sino también su esencia como símbolo de unidad cultural. Además, existe preocupación por la posibilidad de que otras emisoras o países imiten esta medida, lo que podría debilitar el certamen a nivel general.
En respuesta, RTVE ha solicitado a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) que adopte medidas que garanticen la transparencia del voto popular, con la finalidad de abordar sus inquietudes respecto al impacto del conflicto armado y posibles parcialidades en las votaciones. Asimismo, ha propuesto la implementación de una auditoría independiente para fortalecer la confianza en el sistema de votación.
La controversia en torno a la participación de Israel ha trascendido el ámbito musical y se ha convertido en un enfrentamiento diplomático y cultural. Actualmente, RTVE y Austria están en negociaciones bajo una presión mutua, mientras otros países observan atentamente el desarrollo de esta disputa, la cual podría modificar la función de Eurovisión en un contexto geopolítico cada vez más complejo.
