La indefinición respecto a quién sucederá a Carlos Mazón en la dirección del Partido Popular en la Comunitat Valenciana ha provocado inquietud entre los líderes regionales. Dentro del PP valenciano, aumenta la preocupación por la posibilidad de que la falta de una resolución clara desde Génova provoque una disputa interna por el liderazgo en un contexto político especialmente sensible.
Paralelamente, Santiago Abascal ha intensificado el tono en las negociaciones con el PP a nivel nacional. El máximo representante de Vox ha endurecido sus condiciones para respaldar una nueva investidura, marcando el ritmo del diálogo y presionando a los populares para que definan su estrategia.
Según fuentes internas, la incertidumbre en ambos ámbitos —la sucesión de Mazón y las negociaciones con Vox— está generando una sensación de paralización dentro del partido. Algunos dirigentes autonómicos advierten que una ausencia prolongada de liderazgo podría debilitar la estructura del PP valenciano justo cuando es necesario mostrar unidad y solidez.
Desde la dirección nacional, sin embargo, se enfatiza que las decisiones se tomarán «con calma y consenso», aunque el descontento en las filas populares comienza a evidenciarse.
