El entrenador madridista defiende a sus jugadores tras un encuentro que volvió a evidenciar las dificultades del equipo fuera del Bernabéu.
Anfield volvió a reflejar la realidad del Real Madrid. En un estadio que tantas veces albergó sus momentos históricos en Europa, el equipo blanco fue superado por un Liverpool más dinámico, veloz y, sobre todo, decidido. El ambiente ruidoso en el estadio inglés contrastó con el silencio del conjunto, que a pesar del resultado mostró más incertidumbres que certezas.
Xabi Alonso, que enfrentaba de nuevo uno de los escenarios más emblemáticos del fútbol con la compleja tarea de afianzar su proyecto, prefirió resguardar a sus jugadores antes que analizar en detalle un partido que puso en evidencia las carencias estructurales del equipo. “Son los pequeños detalles los que marcan la diferencia en estos partidos”, reiteró el técnico vasco, adoptando una interpretación prudente de un encuentro en el que el Madrid fue superado en la mayoría de aspectos.
“Fue un partido equilibrado y disputado, del que debemos aprender”, comentó Xabi, intentando calmar una situación que alterna actuaciones destacadas —como en el Clásico— con tropiezos importantes como los sufridos en el Metropolitano o Anfield.
Un planteamiento que se vino abajo rápidamente
El Madrid cesó su presión a partir del minuto 20 y cayó en las estrategias de Arne Slot. El Liverpool, con mejor ritmo y colocación, logró abrir espacios tanto por el centro como por las bandas. Las fallas defensivas se aumentaron: faltas innecesarias cerca del área, marcajes incorrectos y una táctica mixta que volvió a mostrar las debilidades de la defensa. La imagen de Vinicius defendiendo a Van Dijk en jugadas a balón parado resume el desorden del Madrid.
Solo Courtois mantuvo al equipo a flote. El portero belga se erigió de nuevo en un muro frente a los ingleses con ocho intervenciones que evitaron una derrota aún más abultada. Desde la final de la Champions League de 2022, un 23% de sus paradas con el Madrid han sido ante el Liverpool —31 en total en cinco enfrentamientos—, cifra que refleja tanto su calidad como la fragilidad del equipo en estos choques.
Camavinga, Güler y las modificaciones tácticas que no dieron resultado
La estrategia táctica tampoco funcionó. Camavinga, incómodo desempeñando su labor en la derecha, cometió errores en la salida de balón y fue reemplazado tras una actuación discreta. Xabi Alonso intentó reaccionar moviéndolo al centro y dando entrada a Güler por la banda, pero ya era evidente la pérdida de confianza y forma del equipo.
“Quise mantener al equipo, pero en la segunda mitad cometimos muchas faltas cerca del área y ellos aprovechan muy bien esas situaciones”, reconoció Courtois tras el encuentro.
Actitud y señales preocupantes
Fede Valverde fue claro al analizar la derrota: “Nos faltó actitud en defensa”. Más allá del marcador, Anfield volvió a evidenciar la falta de consistencia mental del Madrid fuera del Bernabéu. Entre lo positivo resaltan la solidez del joven Carreras frente a Salah y la personalidad de Bellingham, el único jugador que pareció reaccionar ante el contexto.
El Madrid continúa siendo un equipo irregular: capaz de imponerse al Barcelona un día y desaparecer al siguiente. Xabi Alonso, consciente del ruido generado, opta por un mensaje tranquilo centrado en los detalles. Sin embargo, en Anfield esos “detalles” pusieron al descubierto un problema mayor: las dudas de un conjunto que todavía busca su mejor versión.
