La Costa del Sol se ha convertido en escenario de un violento ajuste de cuentas entre bandas criminales de origen sueco. En los últimos años, Marbella y su entorno han registrado una oleada de tiroteos, explosiones y asesinatos vinculados a disputas internas del narcotráfico nórdico.
La violencia que desde hace años afecta las calles de Estocolmo y otras ciudades de Suecia ha abierto un nuevo frente en el sur español. Según fuentes policiales, las peleas entre grupos criminales suecos involucrados en el tráfico de drogas han generado una serie de ataques armados y atentados en la Costa del Sol, en particular en Marbella, Estepona y Benahavís.
Los enfrentamientos, vinculado a la pugna por el control de la cocaína y el blanqueo de dinero, han dejado numerosas víctimas en los últimos años. Las autoridades españolas atribuyen varios tiroteos recientes a conflictos entre facciones rivales provenientes de Suecia que han trasladado parte de sus actividades a España, tomando ventaja del atractivo del litoral andaluz como punto logístico y residencia.
Fuentes de la Guardia Civil y Policía Nacional indican que estas organizaciones, con estructuras complejas y conexiones internacionales, emplean la Costa del Sol como refugio y base para sus operaciones ilícitas. En ocasiones replican aquí los métodos violentos que utilizan en su país de origen.
Este fenómeno genera preocupación entre las fuerzas de seguridad, que han reforzado la colaboración con las autoridades suecas para frenar la expansión de estas mafias en territorio español. Mientras tanto, la escalada de violencia amenaza la imagen de tranquilidad y exclusividad que ha caracterizado tradicionalmente a la región.