El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se prepara para su próxima comparecencia en el Senado con un enfoque proactivo, cuyo objetivo es desafiar la estrategia del Partido Popular, que continúa presionando al Ejecutivo.
Desde su entorno aseguran que Sánchez no solo dará respuesta a las acusaciones, sino que también utilizará su discurso para cuestionar la postura del principal partido opositor y fortalecer el mensaje gubernamental en torno a la transparencia y gestión.
Mientras tanto, el PP tiene previsto centrar su intervención en las transacciones en efectivo relacionadas con el círculo cercano al presidente, buscando mantener la atención mediática sobre este tema. Además, han decidido ocultar la identidad del senador que interpelará a Sánchez hasta el momento final, con la intención de incorporar un elemento sorpresa al debate.
Se espera una sesión marcada por la tensión, con un Gobierno decidido a modificar el tono del enfrentamiento político y un Partido Popular que pretende consolidar su táctica de desgaste.