El Ejecutivo central está evaluando las posibles acciones legales tras el reto planteado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien ha abierto un nuevo conflicto al cuestionar la implementación de la ley del aborto en su región.
Después de las recientes discrepancias en torno a la ley de memoria democrática y los conflictos en el ámbito universitario, Ayuso vuelve a situarse en el centro del debate político nacional. Desde Moncloa consideran que la intención de la Comunidad de Madrid de revisar la normativa estatal sobre la interrupción voluntaria del embarazo podría constituir una vulneración legal y están analizando la posibilidad de llevar el caso ante los tribunales.
Fuentes del Gobierno federal subrayan que su prioridad es “asegurar que todas las mujeres, independientemente de la región en la que residan, puedan ejercer plenamente sus derechos reconocidos por la ley”. Por su parte, desde el Ejecutivo madrileño defienden su postura argumentando que “la Comunidad tiene autonomía para organizar sus servicios sanitarios y brindar la mejor atención posible”.
Este nuevo desencuentro se suma a una serie de tensiones crecientes entre Madrid y el Gobierno central, que interpreta la actitud de Ayuso como una estrategia política en clave nacional.