En España, la venta de viviendas alcanza niveles históricos, pero los precios indicados en las plataformas inmobiliarias superan con creces los valores reales registrados en las transacciones. De acuerdo con información de Idealista y Fotocasa, el precio medio por metro cuadrado anunciado llega a los 2.672 euros, mientras que las escrituras notariales reflejan un promedio de 1.866 euros, lo que representa una diferencia del 43,1% menos.
Esta discrepancia, que se ha duplicado en los últimos cinco años, podría contribuir a un aumento continuado de los precios en un contexto de dificultad para acceder a la vivienda. José García Montalvo, profesor de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), explica que “la población recibe numerosos mensajes que apuntan a una subida de precios, generando la percepción de que el mercado inmobiliario crece más rápido de lo que en realidad ocurre”.
La diferencia entre precios de anuncio y transacciones finales varía según la región. En ciudades como Madrid y Barcelona, los precios en las ofertas superan entre un 16% y un 26% a los reflejados en las escrituras, mientras que en Canarias o la Comunidad Valenciana la discrepancia alcanza el 55%. Extremadura presenta el mayor sobreprecio, con un 64% más en los anuncios que en las ventas finales.
Desde 2019, esta brecha se ha ido acentuando: hace cinco años, las ofertas anunciadas se situaban aproximadamente un 24,6% por encima del precio de escritura, pero actualmente esta diferencia casi se ha duplicado. Según Montalvo, “cuando los precios aumentan, los portales publican anuncios con mayor rapidez que el crecimiento real del mercado; en periodos de bajada, la desaceleración es más lenta”.
Los portales inmobiliarios defienden que su función es actuar como intermediarios y que los precios son establecidos por los propietarios. También indican que los anuncios con precios más elevados suelen mantenerse más tiempo online y que existe un desfase temporal entre las operaciones notariales y las ofertas actuales. Sin embargo, para los expertos, estas razones no justifican una diferencia que roza el 45%.
Como resultado, el mercado muestra una percepción exagerada del precio, un factor que podría seguir presionando al alza el coste de la vivienda en España.
