El desempleo entre los jóvenes continúa siendo un desafío importante en España. En la actualidad, uno de cada cuatro jóvenes menores de 25 años no cuenta con empleo, situando al país con una de las tasas más elevadas en toda la Unión Europea.
La situación resulta especialmente crítica en áreas como Extremadura, donde el desempleo juvenil alcanza el 39%. Este escenario evidencia un desajuste estructural, ya que la formación impartida a los jóvenes no está alineada con los requerimientos efectivos del mercado laboral. Como consecuencia, predominan la temporalidad, trabajos precarios y un incremento en la emigración de talento hacia otros países.
Especialistas señalan que esta desconexión entre educación y empleo pone en riesgo no solo las perspectivas de los jóvenes sino también la competitividad económica del país. Mientras tanto, los jóvenes se ven ante un contexto incierto marcado por el desempleo, la inestabilidad y la opción forzada de emigrar.