La Audiencia Provincial de Vigo ha dictado una sentencia en la que condena a unos padres por optar por educar a su hijo en casa, situación que el tribunal consideró un «perjuicio grave y evidente» para el menor. La resolución indica que la decisión de los progenitores de escolarizar a su hijo de 9 años de manera autónoma restringió sus oportunidades de desarrollo y ocasionó dificultades en sus relaciones sociales.
El fallo expone que el niño se encontraba «aislado de sus compañeros y del entorno habitual», lo que afectó notablemente su integración y evolución personal. Los jueces destacan que, en este caso, la educación en el hogar representó una barrera para que el menor accediese a experiencias y vínculos fundamentales para su desarrollo.
Esta condena subraya la obligación legal de inscribir a los menores en centros educativos, enfatizando que privar a un niño de la interacción con sus iguales y de una formación formal puede constituir un daño importante para su bienestar y futuro.
