Tom Brady reveló recientemente que decidió clonar a su perra Lua, quien murió el pasado año, mediante una empresa de biotecnología. De este modo, el reconocido exjugador de la NFL se suma a otras personalidades como Barbra Streisand y Javier Milei, quienes también han optado por esta tecnología para reproducir a sus mascotas.
La clonación de animales de compañía está dejando de ser una idea lejana para convertirse en una práctica creciente entre ciertas figuras públicas. El último en adoptar esta tecnología ha sido el exdeportista Tom Brady, que decidió clonar a su perra Lua, fallecida en diciembre de 2023. Esta reproducción genética fue posible gracias a la compañía Colossal Biosciences, especializada en clonación y biotecnología animal. Además de trabajos con mascotas, esta empresa participa en proyectos para recuperar especies amenazadas.
El procedimiento empezó cuando Lua aún vivía, tomando muestras de sangre para preservar su ADN. Tras su deceso, siguiendo protocolos científicos, Brady optó por crear una réplica genética para sobrellevar la pérdida. “Quiero mucho a mis animales. Son parte esencial de mi familia y su partida resulta dolorosa. Esta opción permite conservar el espíritu y la relación especial que teníamos”, manifestó el exjugador en entrevista.
Al hacerlo, Brady entra a un reducido grupo de celebridades que emplean la clonación para revivir a sus mascotas. Barbra Streisand fue pionera, clonando a su perra Samantha en 2017, tras perder a su querida acompañante. Por su parte, el presidente argentino Javier Milei también informó que clonó a su perro Conan, fallecido en 2022.
Esta práctica, aunque poco habitual, ha abierto debates sobre los aspectos éticos y emocionales de clonar animales. Sus defensores consideran que ayuda a conservar la memoria y el lazo con una mascota esencial. Sin embargo, sus críticos cuestionan las implicaciones morales, argumentando que puede servir para evitar el duelo o tratar a los animales como simples objetos replicables.
El fuerte vínculo emocional que establecen muchas personas con sus mascotas ha impulsado el interés por esta técnica. Lo que antes se consideraba ciencia ficción, ahora es accesible para quienes pueden costear este servicio que permite revivir a sus fieles compañeros.
Científicamente, la clonación no asegura que el animal resultante tenga el mismo carácter o comportamiento que el original. Aunque el ADN es idéntico, factores externos como la crianza y el entorno influyen en su desarrollo. Por tanto, la experiencia de convivencia no es completamente igual a la vivida con la mascota original.
Desde la perspectiva social, algunas personas valoran esta opción como una forma de mantener el vínculo con seres queridos, mientras que otros consideran que es innecesaria y muestra poca consideración por el curso natural de la vida. El debate continúa, pero sin duda la clonación de mascotas ha ganado terreno en círculos exclusivos.
Tom Brady, con esta reciente elección, demuestra que además de su liderazgo en el deporte, mantiene influencia sobre las nuevas prácticas culturales relacionadas con la biotecnología y la relación con los animales de compañía.
Este caso también plantea interrogantes acerca del futuro de la clonación y sus efectos sociales. Conforme más personas accedan a estas tecnologías, se intensificará la discusión sobre sus implicaciones éticas y emocionales. Mientras tanto, personalidades como Brady, Streisand y Milei continúan impulsando esta tendencia para preservar el recuerdo de sus fieles compañeros.
