En una cumbre caracterizada por la ausencia de anuncios significativos y una asistencia moderada, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, destacó en Colombia la urgencia de establecer un “mundo alternativo” al que promovió el expresidente estadounidense Donald Trump. Durante su intervención, subrayó la necesidad de fortalecer el multilateralismo y la colaboración entre Europa y América Latina, en contraposición a los discursos nacionalistas y proteccionistas.
El mandatario español aprovechó la ocasión para reactivar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, bloqueado durante años debido a diferencias en temas ambientales y políticos. Sánchez afirmó que este pacto “no solo afianzaría vínculos económicos, sino también consolidaría una alianza estratégica entre regiones que comparten valores democráticos y sociales”.
Asimismo, Sánchez defendió que la futura secretaria general de las Naciones Unidas debería ser una mujer latinoamericana, como símbolo de un cambio de etapa y del reconocimiento del papel que el continente juega en los asuntos globales. “Latinoamérica debe ocupar un lugar central en la toma de decisiones mundiales”, afirmó.
A pesar de estos llamados, la cumbre —que congregó a varios líderes regionales y representantes europeos— se vio afectada por la carencia de progresos relevantes. No obstante, el mensaje de Sánchez intentó posicionar a España como un puente político entre los dos lados del Atlántico y como promotora de un orden internacional basado en la cooperación frente al aislamiento.
