Han pasado cinco décadas desde la emblemática Marcha Verde, pero la salida de España del Sáhara Occidental permanece como un episodio complicado de la historia reciente, que dejó una profunda huella tanto en la población saharaui como en la memoria colectiva española. ¿Cuáles fueron las causas de esta retirada y qué consecuencias tuvo para la zona?
El 6 de noviembre de 1975, España finalizó su presencia en el Sáhara Occidental, su última colonia africana, tras un proceso de descolonización influido por la Marcha Verde. Este movimiento movilizó a miles de marroquíes que ingresaron al territorio para presionar al gobierno español. Sin embargo, además del efecto inmediato de esta acción, los días finales de la retirada española estuvieron marcados por decisiones polémicas que resultaron en la cesión del control a Marruecos sin consultar a la población saharaui ni respetar los acuerdos previos.
El término una retirada sin honor es comúnmente utilizado por expertos e historiadores para describir cómo España abandonó el territorio. Bajo el gobierno del dictador Francisco Franco, se tomaron decisiones aceleradas y, en ocasiones, secretas. Las negociaciones con Marruecos, Mauritania y líderes saharauis se realizaron de manera poco transparente, dejando a la población local en una situación indefinida, sin pactos claros ni soluciones justas sobre su futuro.
La Marcha Verde: Un acto de presión
La Marcha Verde fue promovida por el rey Hassan II de Marruecos, quien movilizó a más de 350,000 civiles y militares hacia la frontera saharaui, reclamando la restitución del territorio que consideraban parte integral de su país. La presión internacional, la incapacidad española para detener la ocupación y el desgaste de recursos en el área fueron factores definitivos que llevaron a España a ceder a las demandas marroquíes.
En este marco, la retirada militar española y la transferencia de soberanía a Marruecos y Mauritania provocaron una situación de caos y angustia para los saharauis, que esperaban la realización de un referéndum de autodeterminación que nunca se materializó. Con el paso del tiempo, este capítulo ha sido considerado por muchos como una de las principales deslealtades en la historia reciente de España.
La traición al pueblo Saharaui
El pueblo saharaui, que había luchado durante años por su soberanía, quedó abandonado sin apoyo internacional efectivo. Las promesas incumplidas sobre el referéndum acordado en la resolución 1514 de la ONU quedaron sin efecto cuando España entregó el territorio a Marruecos. A pesar de los esfuerzos del Frente Polisario y el respaldo de algunos gobiernos, el control del Sáhara Occidental permaneció en manos marroquíes.
Las secuelas de esta descolonización incompleta se mantienen hasta hoy. Muchos saharauis fueron desplazados y terminan viviendo en campos de refugiados en Argelia. El conflicto sobre el control del Sáhara Occidental continúa abierto, sin una solución cercana.
50 años después: un conflicto aún sin solución
A medio siglo de la Marcha Verde, el litigio por el Sáhara Occidental sigue siendo uno de los más prolongados y poco atendidos a nivel global. A pesar de los esfuerzos de la ONU y diversas resoluciones, la situación permanece sin una resolución definitiva. Marruecos mantiene el control del territorio, mientras que el Frente Polisario continúa su lucha por la independencia. La situación de la población saharaui sigue siendo vulnerable, con muchos viviendo en condiciones de exilio.
España, como potencia colonizadora, no ha afrontado plenamente las consecuencias de su retirada. A lo largo del tiempo, las demandas de justicia para el pueblo saharaui han aumentado, aunque las autoridades españolas mantienen una posición pasiva en la búsqueda de una solución.
Consideraciones sobre la descolonización y el porvenir del Sáhara
La Marcha Verde y la salida española del Sáhara Occidental ejemplifican las complejidades de la descolonización y cómo los intereses geopolíticos pueden determinar el destino de pueblos enteros. La ausencia de una solución justa para el pueblo saharaui, junto con el compromiso limitado de la comunidad internacional, constituye un problema sin resolver.
Hoy, a cincuenta años de esos hechos, el Sáhara Occidental permanece como una herida abierta en las relaciones internacionales, situación sin solución que afecta tanto a Marruecos como a los saharauis, y representa un capítulo pendiente en la historia reciente de España.
Este análisis de los últimos momentos de la retirada española y la Marcha Verde invita a evaluar las decisiones tomadas y sus consecuencias actuales, así como a reconocer la necesidad de reparar el daño ocasionado a los saharauis, cuyas aspiraciones de autodeterminación continúan siendo desatendidas por la comunidad internacional.
