El nuevo método de pedidos digitales implementado por GASIB, filial de CEPSA, genera numerosas quejas entre quienes no están familiarizados con internet o teléfonos móviles
La introducción de un sistema digital para gestionar los pedidos de butano en Ceuta ha desencadenado múltiples críticas, sobre todo entre las personas mayores. El sistema anterior, que funcionaba mediante llamadas telefónicas con operadores, ha sido reemplazado por otro automatizado que requiere el uso de teléfonos móviles, mensajes o formularios en línea, tecnologías que no están al alcance de muchos adultos mayores.
Familiares de los afectados describen la situación como complicada y aseguran que no debería olvidarse a este sector de la población. Señalan que “se podría mantener una línea telefónica tradicional con atención personalizada para quienes no pueden adaptarse a las nuevas herramientas digitales”.
GASIB, distribuidora local de butano y parte de CEPSA, lanzó una campaña denominada “Nuevo teléfono, misma energía”. No obstante, para numerosos residentes en Ceuta, el cambio ha resultado en un sistema impersonal, inaccesible y excluyente, lo que transforma un servicio esencial en un obstáculo.
La empresa ha reconocido problemas iniciales con el sistema, aunque asegura que actualmente funciona correctamente. Además, explican que esta metodología se basa en modelos empleados en otras zonas de España y permite hacer pedidos las 24 horas a través del sitio web cepsabutanopropano.com o mediante la línea automática 914 416 416.
Sin embargo, este enfoque no se ajusta a la realidad de muchos usuarios en Ceuta, que carecen de acceso a medios digitales o tienen dificultades para utilizar sistemas automatizados. Por ello, pedir una bombona de butano se ha complicado para un sector vulnerable. Los familiares de estos usuarios insisten en que este producto es una necesidad básica y solicitan que se mantenga una opción adaptada para ellos.
Cabe destacar que GASIB fue noticia tras la adquisición de CEPSA Gas Licuado por la chilena Abastible S.A., en una operación valorada en 275 millones de euros. Aunque la compañía asegura que este cambio no afectará el suministro en Ceuta y Melilla, la transición hacia el sistema digital está causando preocupación y descontento entre los usuarios mayores.
La digitalización, aunque positiva en términos de eficiencia, debe garantizar la inclusión social. Como expresan los afectados: “No se trata de rechazar la tecnología, sino de evitar que nadie quede excluido”.
