Este domingo, los remanentes del huracán Gabrielle alcanzarán la Península Ibérica transformados en un ciclón postropical, con vientos, precipitaciones fuertes y olas que podrían superar los cinco metros, informa Meteored.
El climatólogo Samuel Biener señala que el fenómeno, que aún afectará a las Azores como huracán con rachas de viento próximas a los 200 kilómetros por hora, evolucionará hacia una borrasca más propia de nuestras latitudes en su aproximación a Europa. Aunque perderá fuerza, seguirá siendo un fenómeno de gran alcance que dejará condiciones adversas en una amplia área.
Biener aclara que no llegará a España como huracán, sino como ciclón postropical o con características subtropicales. Este tipo de eventos es habitual en otoño, cuando huracanes extratropicalizados son impulsados por el chorro polar hacia Europa.
El escenario previsto indica que el sistema entrará entre Lisboa y el cabo de San Vicente a media mañana del domingo. Desde entonces, sus efectos se notarán en diversas regiones, sobre todo en Extremadura y el occidente de Andalucía, donde se esperan los mayores acumulados de lluvia. En algunos casos, podrían superarse los 50 litros por metro cuadrado en solo 24 horas, con registros puntuales que podrían rebasar los 100 litros.
Respecto al viento, se estiman rachas superiores a 50 km/h en el oeste de Galicia, Extremadura y el oeste de Andalucía, con intensidades aún mayores alrededor del núcleo de la depresión. En el mar, el temporal podría provocar olas de hasta seis metros en la costa gallega y en el golfo de Cádiz.
Tras cruzar la Península o el Estrecho, la borrasca se debilitará, aunque sus restos podrían provocar nuevas precipitaciones localmente intensas a principios de la semana próxima en el área del Estrecho y en algunas comunidades del Mediterráneo, favorecidas por la entrada de aire frío en altura y el flujo de levante.