Diputados de PP y VOX expresan apoyo privado al periodista, pero aseguran que “Dirección no nos permite apoyarte más”. La medida impulsada por el PSOE contempla la expulsión tras tres avisos por “interrupciones”, una norma que Quiles denuncia como arbitraria y orientada a silenciarlo.
Madrid — La soledad política de Vito Quiles se acentúa mientras avanza en el Congreso la aplicación de la nueva normativa de régimen interno impulsada por el PSOE. La medida, que contempla la expulsión de cualquier periodista acreditado que reciba tres avisos por “interrumpir el turno de palabra” de diputados, ha sido interpretada por muchos como una norma ad hoc para facilitar la censura del joven reportero, conocido por sus preguntas incómodas y su estilo incisivo.
Lejos de encontrar respaldo institucional, Quiles ha visto cómo los principales líderes de la oposición —Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal— optan por guardar silencio. Según fuentes próximas al entorno del periodista, diversos diputados tanto del Partido Popular como de VOX han transmitido su apoyo de forma privada. “Sabes que estoy contigo, pero Dirección no nos permite apoyarte más”, le habría dicho un parlamentario de VOX esta semana.
Desde el equipo de prensa del Congreso no se ha aclarado por qué las advertencias aplicadas a Quiles no se extienden con el mismo celo a otros profesionales. “Nunca interrumpo turnos de palabra, hago preguntas en los pasillos como cualquier otro periodista. Pero conmigo no hay margen: el aviso es automático”, denuncia el reportero.
La norma no establece mecanismos claros para apelar las advertencias, y tampoco diferencia entre interrupciones voluntarias y situaciones de confusión o ruido ambiental. “Es un sistema de tarjetas amarillas sin VAR ni árbitro imparcial”, resumen fuentes jurídicas vinculadas a medios de comunicación independientes.

Lo que resulta incomprensible para algunos observadores es la ausencia de un pronunciamiento firme de los líderes de la oposición, quienes en otras circunstancias han denunciado recortes de libertades por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. “Si no defienden el derecho a preguntar, ¿qué oposición pretenden hacer?”, se preguntan desde sectores críticos con el viraje comunicativo del PP y el repliegue estratégico de VOX.
Quiles, que se ha convertido en un referente mediático para sectores del electorado disconforme con el consenso político tradicional, reconoce el desgaste emocional y profesional del proceso: “No temo a la censura, pero duele ver cómo los que deberían defender la libertad de prensa bajan la cabeza cuando más falta hace”.
De momento, el silencio de Feijóo y Abascal se mantiene. Y el cronómetro hacia la tercera advertencia sigue corriendo.