En 2024, el salario medio en España se situó cerca de los 2.400 euros mensuales, registrando el mayor incremento desde 2006. No obstante, cerca del 33 % de los asalariados percibe menos de 1.500 euros al mes.
Los datos recientes muestran que el salario medio en España aumentó un 5 % en 2024, alcanzando alrededor de 2.400 euros brutos mensuales. Este crecimiento es el más destacado en casi dos décadas, reflejando una tendencia positiva en la remuneración promedio.
A pesar de esta mejoría, la distribución salarial continúa exhibiendo una importante desigualdad: uno de cada tres trabajadores recibe menos de 1.500 euros por mes. Esto indica que, aunque la media se eleva, una parte significativa de los empleados tiene ingresos considerablemente inferiores.
El incremento en los salarios supone una mejora nominal pero no siempre implica una mayor capacidad de compra para todos. La elevada proporción de asalariados con sueldos inferiores a 1.500 euros indica que muchos empleos aún ofrecen condiciones económicas que dificultan cubrir cómodamente los gastos cotidianos.
Entre las causas de esta disparidad se encuentran la alta temporalidad, la abundancia de contratos a tiempo parcial o con pocas horas, y la concentración de empleos de bajo valor añadido en sectores menos remunerados. Aunque el salario medio ha crecido, la brecha salarial entre los que ganan en torno o por encima de la media y los que están por debajo sigue siendo considerable.
Asimismo, el aumento del salario medio no compensa completamente los efectos de la inflación ni el incremento de los costos en vivienda, energía y transporte. Por ello, el poder adquisitivo de muchos trabajadores puede continuar sufriendo presión pese a la mejora nominal. En este contexto, que un tercio de los asalariados gane menos de 1.500 euros mensuales es un indicador claro de la precariedad laboral persistente en España.
En conclusión, el 5 % de subida en el salario medio en 2024 es un dato positivo en términos globales, pero la alta proporción de trabajadores con ingresos inferiores a 1.500 euros evidencia que el reto de los bajos salarios permanece como una cuestión pendiente en el país.
