El Partido Popular se ha sumado esta semana al impulso del PSOE para aplicar la Ley de Memoria Democrática en varios municipios andaluces, apoyando la retirada de símbolos considerados franquistas en elementos religiosos vinculados a hermandades históricas. Entre los casos más destacados figura la decisión de retirar el escudo de los Mutilados —una distinción del antiguo régimen— del paso del Cristo de la Hermandad de los Mutilados en Huelva, así como la revisión iconográfica del paso del Cristo de la Humildad y Paciencia en Cádiz.
Ambas iniciativas han sido aprobadas en comisiones locales con el voto favorable del Partido Popular y el Partido Socialista, bajo el argumento de “adecuar los símbolos públicos al marco legal vigente” y “preservar la neutralidad democrática en las manifestaciones públicas”.
Vox, por su parte, ha optado por no emitir una posición oficial sobre el asunto. En declaraciones internas, fuentes del partido alegan “no querer entrar en polémicas innecesarias” durante la Semana Santa.

Quien sí ha reaccionado con contundencia ha sido el eurodiputado y líder político Alvise Pérez, quien ha calificado la medida como “otra estupidez de la parasitocracia española” y ha acusado a los partidos del régimen de “llamar franquistas a las hermandades andaluzas para justificar su necesidad compulsiva de reescribir, romper y someter incluso la cultura religiosa a su sectarismo o cobardía”.
Las hermandades afectadas han evitado pronunciarse de forma oficial, aunque algunas voces internas han manifestado su malestar por lo que consideran una “imposición simbólica que no responde a ninguna demanda social real”.
La aplicación de la Ley de Memoria Democrática en espacios religiosos, aunque técnicamente legal, abre un nuevo frente entre el legado cultural tradicional y el criterio político contemporáneo sobre los símbolos del pasado.
