Este lunes aterrizaron en Madrid los últimos seis miembros de la Flotilla a Gaza que permanecían retenidos en Israel, entre ellos la activista española Reyes Rigo, según confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Rigo, acusada de haber agredido a una guardia israelí, era la única española de la Global Sumud Flotilla que continuaba bajo custodia tras su detención el 1 de octubre.
El regreso a España se coordinó eficazmente entre los servicios centrales de Asuntos Exteriores, la Embajada española y el cónsul en Tel Aviv, quienes han sido reconocidos por su labor. Con esta repatriación, ya no quedan miembros españoles de la flotilla retenidos en Israel.
Los activistas, que se negaron a firmar la deportación voluntaria y por eso fueron encarcelados, llegaron el lunes a la terminal 4S del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas procedentes de Qatar.
A su llegada, los participantes en la segunda flotilla de Gaza reafirmaron el éxito de su misión, reflejado en diversas redes sociales y medios. Este retorno representa un cierre para los activistas tras una intensa experiencia vinculada a su campaña en favor de la causa palestina.
Además de Rigo, llegaron otras activistas españolas como Jimena González, María Plata y María Teresa Aracom. Su viaje, que había generado inquietud por la situación regional, concluyó con su llegada desde Qatar el sábado, donde fueron recibidas por simpatizantes, incluidos diputados de la coalición Sumar y activistas pro palestinos.
Reyes Rigo volvió a España tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía que redujo los cargos en su contra. El cónsul español comunicó a su familia esta resolución tras una audiencia previa. El acuerdo estableció una multa y una condena de diez días de prisión, que Rigo ya había cumplido.
En un tribunal de Beer Sheva, Rigo se confesó culpable de causar daño corporal y asalto agravado a una guardia de la prisión. En un principio, enfrentaba cargos más graves, relacionados con supuesta mordedura a una guardia y negarse a entrar en su celda; sin embargo, se determinó que sólo ocasionó heridas con las uñas durante la resistencia.
Durante su declaración, Rigo denunció haber sido maltratada en la detención. Relató que fue agredida, y que intentó proteger a una amiga que también fue atacada, describiendo un trato duro donde permaneció junto a otras mujeres en condiciones insuficientes, con escasa alimentación y privación de agua.