Durante la madrugada del lunes, Moscú y Kiev protagonizaron otra serie de ataques aéreos. Las autoridades rusas informaron que Ucrania envió decenas de drones hacia su territorio, causando la muerte de dos personas en la región de Moscú. El sistema de defensa aérea ruso aseguró haber interceptado 84 de estos dispositivos.
Este ataque ucraniano ocurrió pocas horas después de un bombardeo muy intenso durante el domingo. Rusia dirigió cerca de 600 drones y 48 misiles contra Ucrania, focalizándose principalmente en Kiev. Esta ofensiva ocasionó al menos cuatro personas fallecidas, incluyendo una niña de 12 años, y aproximadamente 80 heridos, además de daños considerables en infraestructura civil.
Frente a este aumento en las hostilidades, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reiteró su llamado a la comunidad internacional para que se suspendan las fuentes de energía que financian al esfuerzo bélico ruso. También subrayó la urgente necesidad de contar con más sistemas de defensa aérea. Ucrania ha recibido un sistema de misiles Patriot de Israel y aguarda la llegada de otros dos en otoño. Sin embargo, la disponibilidad global de este armamento es limitada debido a las preocupaciones de varios países sobre su propia seguridad.
Por su parte, Washington continúa mostrando resistencia a implementar sanciones más severas contra Moscú. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no ha accedido a las solicitudes de Kiev para endurecer las restricciones.
La reciente intensificación de los ataques vuelve a mostrar la vulnerabilidad de las defensas aéreas ucranianas y aumenta el riesgo de que el conflicto se extienda más allá de las fronteras nacionales.