La Policía Nacional detuvo en Getafe a cuatro personas acusadas de ocupar ilegalmente la vivienda de un hombre nonagenario. Los detenidos ingresaron sin autorización y presentaron un contrato de alquiler falso para justificar su estancia en la propiedad. Cuando intervinieron las autoridades, la casa ya había sido completamente desmantelada y la mayoría de los objetos personales descartados.
El caso ha causado gran conmoción entre los vecinos, quienes conocían al anciano que había vivido allí toda su vida. Según familiares, el hombre tuvo que ausentarse temporalmente por problemas de salud y al regresar halló su hogar ocupado y sus pertenencias, muchas con valor sentimental, desaparecidas.
“Le arrebataron todos sus recuerdos: fotografías, muebles antiguos, cartas, libros… Todo lo que acumuló durante casi un siglo fue destruido en pocos días”, lamentó uno de sus nietos. La familia manifiesta que el anciano ha sufrido un fuerte impacto emocional además de la pérdida material.
Un contrato falso como justificante de la ocupación
Tras la denuncia, la Policía Nacional acudió al inmueble y constató que los ocupantes intentaban presentar un documento falso como contrato de arrendamiento. Las verificaciones confirmaron que no existía tal alquiler ni autorización para habitar la vivienda.
Los cuatro arrestados, dos hombres y dos mujeres, fueron imputados por usurpación de inmueble, falsificación documental y daños. Han sido puestos a disposición judicial, y el juez ha dictado medidas cautelares mientras sigue la investigación.
Reacción vecinal y reflexión sobre la okupación
Este incidente ha reavivado el debate en España sobre la ocupación ilegal, especialmente cuando las víctimas son personas mayores o vulnerables. Algunos vecinos expresaron su indignación ante la facilidad con que grupos acceden a viviendas vacías sin respetar el daño causado.
“Lo que más duele es ver cómo alguien que trabajó toda su vida para tener un hogar y conservar sus recuerdos pueda perderlo todo en cuestión de días, mientras otros aprovechan vacíos legales para apropiarse sin respeto”, comentó una vecina del edificio.
Recuperación de la vivienda, pero no de las pertenencias
Gracias a la intervención policial, el anciano podrá regresar a su casa en breve, una vez se completen los procedimientos judiciales y se certifique que el inmueble es seguro. Sin embargo, gran parte de sus objetos han sido destruidos o extraviados, por lo que la familia insiste en que el daño es irreversible.
También han solicitado apoyo a las autoridades locales para ayudar al anciano a reestablecer su vida en su hogar y han hecho un llamamiento a la sociedad para proteger a las personas mayores de estos abusos.
“Es una cuestión de humanismo. No podemos permitir que nuestros mayores vivan con miedo a perderlo todo por la acción de unos pocos sin escrúpulos”, concluyó su nieto.
