Grupos organizados en redes sociales, vinculados a facciones radicales dentro del partido ultraderechista «Se Acabó la Fiesta» (SALF), están promoviendo una campaña coordinada contra los eurodiputados Nora Junco y Diego Solier. Ambos políticos han sido señalados por estos colectivos debido a lo que consideran una grave traición al líder de la formación, Alvise Pérez, respaldado por más de 800.000 votos en las últimas europeas.
En grupos digitales cerrados de Telegram y otras plataformas, los seguidores radicales de SALF están planificando acciones concretas de presión, entre las que se encuentran campañas intensivas de cartelería y pintadas con mensajes directos contra Junco y Solier. Además, en estas conversaciones se menciona explícitamente m los domicilios personales de ambos eurodiputados para llevar hasta sus puertas «jarabes democráticos», término utilizado para describir acciones intimidatorias bajo una apariencia de protesta democrática.
En estos mismos grupos de Telegram ya han circulado también datos personales sensibles facilitados por “gente conocida” de ambos eurodiputados, incrementando considerablemente la preocupación sobre la seguridad física de ambos eurodiputados.
«Nosotros no somos un partido más; somos orgullosos antisistema y vamos a ir a por ellos» o “Sabemos por dónde se mueven; que pisen la calle si se atreven” son varios de los mensajes que circulan ampliamente en redes sociales.
Tanto en Valencia como en el centro de Madrid ya se están registrando pintadas amenazantes y campañas visuales, evidenciando que las acciones coordinadas están en marcha.
Desde SALF no se ha emitido aún una declaración oficial condenando estas actividades, lo que alimenta aún más la tensión interna del partido. La presión crece sobre Junco y Solier para que dimitan de sus cargos, mientras el sector más radicalizado del partido continúa impulsando un discurso agresivo que amenaza con intensificar las acciones si ambos eurodiputados no abandonan sus puestos.
Estos hechos están generando alarma entre autoridades y organizaciones civiles que advierten del peligro de que este tipo de acciones se conviertan en agresiones físicas reales, en un contexto político ya de por sí polarizado.
